#amoramor

Las veces que más me he enamorado ha sido en el metro de Londres, tantas fachas con tantos rasgos, nadie parece repetirse pero sus caras pasadas por agua transmiten esa misma sensación de húmeda melancolía, esas ganas de llegar a casa quitarse los zapatos en la puerta, ir desnudándose camino a la cocina, encender el hervidor de agua y preparar la cama para no dormir.

 

Yo me enamoro varias veces al día, me enamoro de quien baila con soltura, de quien comparte la mitad de una mandarina, de quien guarda secretos y de quien cuenta los miedos.

 

Yo no soy experta en el amor, de hecho, hoy miércoles de febrero estoy sola en mi casa, lo estuve hace un mes y lo estaré por contados días más, pero no quiere decir que estar sola es no tener enamorados, yo amo con facilidad a personas independientemente de su sexualidad yo tengo mujeres que amo y a hombres muchos más, también sé que muchas personas me quieren, yo me siento atendida, siento que existen amigos detrás de fotos de perfil, que comparten en exclusiva historias no publicadas, veo por cámaras caras recién levantadas, sonrisas en pijama y solicitudes de trabajos profesionales que haré por corazón no por euros o compensación, el que no espera recibe postales de papel con sellos en otros idiomas y si quisiera viajar ahora mismo, solo sería suficiente hacer una llamada para recibir posada, alimentos, espacio en amplias camas y conversaciones adictivas como cafeína.

Eso me da aliento, compartir con personas que amo mucho o poco y que quiero amar más, cada vez que entre más en ellas, en sus vidas y llegar allí para divertir sus rutinas o simplemente compartir un plato de arroz al curri con almendras y pasas.

 

Me gustan las recetas improvisadas, en general soy buena cocinera, nací en un restaurante y aprendí a emplatar con creatividad, pero como el arroz no es el único alimento que necesitan los humanos yo he leído y he aplicado tácticas de enamoramiento, escribo mientras le visualizo y le envío el archivo.

 

Otras veces con los ojos cerrados viajó a la medianoche desde mi cama a otras camas que ya conozco o que me imagino como huelen, me siento en el borde, justo al lado de su almohada y le digo palabras, sobo su cabeza con pelos, a veces le doy las gracias y otras le reprendo por sus cagadas, le hablo mientras duerme; solo me ha sentido su perro pero no ha ladrado porque le he llevado un ala del ave que me ha portado.

 

Yo aprendí magia blanca de una bruja negra, yo enciendo velas de olores y colores con propósito, yo a veces hago lo contrario a lo que quiero como estrategia psicológica, no quiero manipularle pero tengo artillería pesada para besarle y prendarle, para enamorarle sin siquiera tocarle, me gustan los humanos, comprobar las conjeturas animales y aplicar las teorías del arte porque amar es tocarte con lenguaje palpable


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Comentarios: 1
  • #1

    Almudena (jueves, 15 marzo 2018 15:55)

    textos libres, letras sabias me encantais, sois un secreto para compartir con quien se quiere

Parla Italiano? Si.


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