El beso ideal es el que me diste tú

El beso ideal es el que me diste tú. Trataré de describirlo para acercarme al recuerdo que prefiero antes de dormir.

El mejor beso nunca será el primero, tampoco será el que automatizado por los años se entrega como cuota al banco en crédito diferido.

El agua al sediento, la carne al hambriento, los besos perfectos empiezan sin babas y sin lengua, incluso sin labios, empezamos a oler la piel de los pómulos libres de "counturning" o "aftershave", telas con poros que prefieren respirar, que dejan libre el perfume que fabrica nuestro cuerpo por las dietas elegidas.

Ahora prefiero que no cierres tus ojos, me gusta como miras el círculo menor de mis esferas y sin hablar me cuentas cómo creces, cómo sientes; sin ganas prematuras de desnudarnos, acercas el dibujo de tu camiseta a mi olfato, nos reconocemos como primates, pero jugamos no como si fuéramos novios, sí como si fuéramos amantes.

Tus manos en mi cuello debajo de mi cabello, mis piernas abrazan tus pantalones y mis dedos buscan la forma de tus pezones con la presión de quién sabe pintar en acuarela con cerdas suaves y deslizantes.

Tu fuerza me sienta, mi delicadeza se deja, a la altura de tu boca la sensación de abrir el horno, cálido y glaseado, dulce y emulsionado, es el momento en que llamamos a la mesa porque vamos a servir, te sirves para mí, bailo para ti, llegamos despacio y el beso perfecto es el que espera para empezar juntos a masticar.

Teléfonos y mente en silencio, los besos no piensan y no hacen falta intrusos en la cena. Te digo secretos que cuentan otras bocas más húmedas, tú, revelas tu cuerpo sangriento y te bebo; despacio es diferente a lento, despacio es rítmico, lento es alguien sin habilidad motora, tú la tienes toda, respiras con música y me estorba la ropa.

El beso que prefiero tiene tu nombre, tiene diez días de risa y malicia, te vas y me quedo, me voy y te tengo. Besar es un juego de escondite, de monopolio, de tetris sin Nintendo, si juegas con niños la acción es el reino, si juegas con niñas el tacto es perfecto.

Un beso, dos besos, tres besos... Los buenos besos no se enumeran, se conectan unos con otros, se tocan se despiden, al saludarse se admiten, no preguntan si son exclusivos solo comparten el arte con signos distintivos, como quien reconoce los trazos de Vesna, Picasso, Cézanne, la obra de Matisse o el sabor del anís.

#UpCreatininas #Creatininas