Hacerse extrañar

Extrañar, viene de extraño, pero es extraño porqué se denomina así el hecho de echar de menos o hacer sentir la falta.

Convertirse en extraño, es el adjetivo que excita la curiosidad, es la condición del humano cuando debe retirarse del presente de otros, no con un objetivo, solo con la firme convicción de cambiar la perspectiva y como acción secundaria, que ciertas personas que se frecuentan a través de comunicaciones tangibles o virtuales, se pregunten ¿qué será de ella?

Hacerse extrañar es la necesidad de silencio, el vacío y la falta de calor, hacerse extrañar, es viajar descalzo sin que escuchen tus pasos, hacerse extrañar, es tomar un vuelo sin compartir el itinerario, dejar el carro aparcado en algún lugar con las señales que otro podrá descifrar para recuperar el movimiento de las llantas.

Cuando las personas están cerca toda la vida, se ven mientras orinan, caminan en la misma sincronía, se vuelven invisibles, nos acostumbramos a tener tantos objetos como personas cerca, sus ropas y olores pasan desapercibidos y solo nos excitan los estímulos externos, los labios rojos de labiales desconocidos, el cabello ondulado de quienes no usan planchas, los perfumes que no huelen y la forma de hablar de aquel acento que no identifico.

La cercanía perpetua envejece, aniquila la libido, vislumbra el misterio que un día fue emitido, el contacto terrestre es complejo y tiende a ser aburrido, así que hazte extrañar, planea una desaparición como el ladrón planea robar los millones del ministro, omite información y convierte tu presente en un delito, ve, por ahí por alguna calle que nunca has caminado, que te impacte por su nombre, un día en Marbella conocí la calle Ortega & Gaset, y recordé que, "yo soy yo y mis circunstancias" y si alguien me ama, aceptará mis formas y mis necesidades de silencio, mis ganas de viaje y mis escritos desequilibrados y sin rastro.

Los muertos saben dejarnos estupefactos, se van sin decir cuál fue su última visión, su último deseo, mi papá murió una tarde pero desde por la mañana ya lo extrañaba, su mirada había desaparecido del presente, él decidió irse antes que él, no cerró sus ojos, solo se cristalizó su mirada por varias horas, no creo que mirara afuera, el preparaba por dentro un viaje para seguir siendo asombroso, yo no pretendo serlo, solo aprender a tener esa mirada más tiempo que él, quiero aprender a ver más profundo, desarrollar el poder de mirada biónica a hacia los intestinos, allí donde no se ve la luz solar, en donde la sangre energéticamente aporta sentido al respirar del momento antes del viaje. No es necesario comunicar todos los viajes, como la muerte, el cuerpo debe preparar una maleta de menos de 10 kilos para hacer liviana la caminata y no levantar sospechas del atrevimiento de tu propio destino.

Aplica en todos los sentidos, el trabajo, cuando uno lleva sentado más de 10 meses en la misma silla y con la misma gente, vuelve a pasar desapercibido, ya no responden a tus correos y eres petulante para los cretinos, así que vuela, has valer cada suspiro, a veces debe darse prioridad a la maleta que al vecino, a donde quiera que vayas habrá un amigo y uno que otro dato o requerido, si se ha desarrollado un oficio no es necesario conservar un subsidio, el dinero llega a quienes no les importa cuánto vale un capricho así que hazte extrañar así sea un poquito.